Las áreas verdes sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan limpiando el aire y como almacén de carbono. Generan oxígeno y ayudan a purificar el agua. Asimismo, crean microclimas, reducen la erosión del suelo y la contaminación acústica, ayudan a controlar las precipitaciones y el clima del planeta. Son, además, hogar de miles de animales y plantas. Por lo tanto, la protección de las áreas verdes debería ser un derecho y una obligación de todo ser humano.

En el año 2007, docentes y administrativos del programa académico de Ingeniería Química (IQ) nos mudamos; del predio en cual yacen los edificios que albergaban a este programa en el municipio de Guadalupe, a las nuevas instalaciones ubicadas en el campus universitario siglo XXI en la ciudad de Zacatecas.

Como niños con juguete nuevo, disfrutamos mucho de estos nuevos edificios. Sin embargo… Los alrededores no eran muy estimulantes que digamos. El edificio 6 (E6) que aloja al programa de IQ era el último, en aquellos tiempos, y, no había nada alrededor de él. Tampoco teníamos jardín, y, lo peor… había mucha basura.

 Los ingenieros tenemos en nuestro ADN la palabra transformación. En nuestro quehacer cotidiano transformamos materias primas en productos terminados que tienen un valor agregado mayor. De igual forma, transformamos procesos para optimizarlos. Incluso transformamos la utilización del tiempo.

Algunos docentes nos pasamos muchas horas en estas instalaciones. Podríamos decir que casi casi es como nuestra casa y, generalmente, las personas tratamos de hacer grato nuestro hogar. Así, fieles a nuestra dinámica de transformación decidimos trocar ese entorno triste y rodeado de desolación; en un lugar que llenara de vida y alegría al edificio E6 y que pudiera ser, además, un lugar de tranquilidad y armonía para quienes habitamos este espacio.

Inicialmente, se sembraron unas cactáceas y magueyes que son característicos de este ecosistema. Posteriormente, en el grupo de trabajo de Química-Fisicoquímica se nos ocurrió que cada vez que egresara un alumno de nuestro grupo se sembraría un pino, como símbolo de la fuerza, tenacidad y nobleza que representa a un Ingeniero Químico.

Esos fueron los primeros árboles que estuvimos cuidando, pronto llegaron otros pinos y después algunas palmeras; posteriormente, y dado que el espacio aun clamaba por ser forestado, llegaron los árboles frutales.

En este lugar hemos visto crecer los pinos de manera muy rápida. Al respecto algunas personas nos han preguntado de cuál abono les hemos puesto y les decimos que fertilizante de chiva y amor. Por su parte, los cactus y las bisnagas llevan su propio ritmo y crecen lentamente, sin prisa. Los magueyes han dado retoños que incluso algunas personas amablemente nos han pedido como obsequio. En el sector de árboles frutales tenemos limón, guayaba, pera, manzana, durazno, níspero y ciruelo. Algunos de estos los hemos visto florecer y dar frutos.

A este espacio han concurrido varias personas. Han estado por aquí desde trabajadores de la construcción, grupos de egresados que se toman las fotos, estudiantes que desayunan al aire libre, en fin. A los albañiles los vimos descansar y retozar plácidamente después de alimentarse y los mencionamos aquí porque, contra todo estigma, fueron respetuosos, nunca dejaron basura. Al contrario, la recogían; entendieron que el espacio también era de ellos. Recientemente, los compañeros de turismo han realizado auténticos pícnics gozando de la sombra de nuestros gigantes. Es de resaltar, sin embargo, que este lugar no sólo es visitado por personas sino también algunos de los moradores primarios de esta zona: pájaros conejos, ardillas, liebres y colibríes, seres vivos que, en ocasiones, sin miedo se acercan porque les procuramos alimento.

La transformación de este espacio ha requerido paciencia, esfuerzo, perseverancia, amor y pasión por lo que hacemos. Plantar un árbol es una encomienda relativamente fácil. Sin embargo, cuidar de él, es decir; proveerle de agua, alimento, abono, poda, limpieza y protección es algo un poco más…

En efecto, llevar este espacio al estado en que se encuentra actualmente no ha sido tarea fácil. En un principio, los árboles pequeños sufrían los embates del viento a riesgo de romperse lo que obligo a ponerles un tutor. Por otra parte, cuando pequeñitas, las palmeras eran el alimento preferido de conejos, liebres y ratas. Así que en esa etapa hubo que resguardarlas con mallas metálicas y el resultado de esa acción está a la vista.

Mención especial merece el riego. Inicialmente salíamos a regar con cubeta, pero esto era un verdadero incordio en épocas de calor o de viento, sudábamos, nos requemábamos, nos polveábamos, etc. Así que, más tarde, y en esa constancia de transformación, nosotros mismos con ayuda del Sr. Eduardo Magallanes Almaraz, nuestro artesano de la construcción de cabecera, instalamos un riego por goteo. No sabíamos nada al respecto, pero investigamos, lo diseñamos, lo hicimos y lo más importante, funcionó. Gastamos menos agua y las plantas y los árboles la aprovechaban mejor. Fue también nuestro amigo el Sr. Magallanes quien realizó los redondeles para la protección de los árboles.

Por otra parte, este espacio, mezcla de bosque y huerto, precisaba de una persona perita en este campo y que fuera tan amante de la naturaleza como nosotros. Esa responsabilidad ha recaído desde el inicio en el Sr. Rogelio Martínez Muñoz, nuestro experto en jardinería. Ha sido él, quien ha sembrado todas las especies que aquí se encuentran y periódicamente hace el mantenimiento de este espacio. A las plantas y árboles les procura abono, limpieza de cajetes, poda y, por supuesto, el corte de césped.

La comunidad estudiantil del programa de IQ ha participado activamente en la preservación del lugar. Cada fin de semestre, organizamos brigadas estudiantiles voluntarias y juntos llevamos a cabo un servicio social; haciendo limpieza general de este espacio y también del que circunda al E6 con el objeto de recolectar la basura y en diversas tareas tendientes a embellecer un poco más esta zona.

http://portico.mx/2019/06/02/en-iq-ponen-el-ejemplo-de-limpieza-y-cuidado-medioambiental

Así, todos y cada uno de los mencionados anteriormente han hecho que el lugar pasara de ser un espacio baldío, desolado y con basura a un andador lleno de olores, sonidos e identidad propia, de hecho, de ahí deriva su nombre.

Vaharada y eufonía química

El nombre de este espacio surgió de una lluvia de ideas y posterior selección en nuestro grupo de trabajo integrado por docentes y alumnos y también con aquellos que quisieran participar. Nos dimos a la tarea de sugerir nombres, debatir cuál sería el más idóneo y argumentar el porqué de ello y luego decidir. El nombre final está sobre la placa de la cual obtuviste el código que te permite estar leyendo esta historia y que estamos orgullosos de contarte.

¿Ha valido la pena el esfuerzo? Sin dudarlo afirmamos que sí. Aquí hemos tenido clases al aire libre, hemos hecho convivios, hemos pasado nevadas, se han grabado cortometrajes de ciencia , etc.

En esta época de lluvia, cuando uno llega por la mañana es maravilloso escuchar la alegría con la que te recibe este lugar; el canto de los pájaros, los aromas, los colores, las texturas, etc. Si abres tus sentidos, si te permites armonizar con la naturaleza, el espacio te brinda paz, tranquilidad y al mismo tiempo energía. Hemos disfrutado y seguimos haciéndolo en este lugar que invita al pensamiento y la reflexión. De hecho, si alguna vez te sientes abrumado te invitamos a caminar por aquí y observar con detenimiento el entorno que lo conforma; y quizá, te haga volver a tu centro espiritual.

En ocasiones nos han preguntado que quién paga esto. La respuesta es simple: nosotros, los profesores del laboratorio de Química y Fisicoquímica con nuestros recursos económicos personales. La compra de los árboles y plantas, el abono de cada año, los protectores circulares, el material para las tomas de agua y el sistema de riego, el mantenimiento frecuente del área verde, etc. Todo ha salido de nuestra propia bolsa. Incluso recientemente, en el mes de junio de este 2022, por los intensos aires se cayó uno de nuestros gigantes y el costo de la remoción también corrió por nuestra cuenta. No lo comentamos como queja o reclamo, simplemente lo que es.

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Al inicio de este escrito te decíamos que el Ingeniero transforma para obtener un bien mayor. ¿Qué obtenemos nosotros de esta transformación del entorno que te platicamos? No es un bien material sino espiritual, tratamos de retribuirle a la naturaleza algo de lo mucho que ella nos brinda. Y ahora que ya conoces parte de la historia de este lugar queremos agradecerte por el tiempo dedicado a la lectura de este escrito e invitarte a que te sumes y nos ayudes a preservar este pequeño oasis. Nosotros no nos ostentamos como ecologistas, simplemente lo hacemos.

Hoy, viernes 8 de julio del 2022, es un día especial en la vida de este lugar y en nuestra propia existencia. Se ha invitado a autoridades de primer nivel de la Secretaría de Agua y Medio Ambiente del estado de Zacatecas para la develación de una placa alusiva a este lugar y nos han honrado con su presencia. Nos tranquiliza creer que una autoridad externa de ese tamaño nos soporta moral y legalmente en la conservación de este lugar para el fin al que está dedicado.  Agradecemos en todo lo que vale la deferencia que han tenido ustedes para con nosotros y el tiempo que se han tomado para presidir este evento.

A T E N T A M E N T E

Docentes del laboratorio de Química-Fisicoquímica y alumnos del programa de Ingeniería Química de la UAZ

Julio del 2022